Relatos Travestis Alicante: Carla Ferri el trasatlántico de los falos enormes
Autor: cachondon77
Buenas a todos!
Hace ya algo de tiempo, pero hoy recordaba la experiencia y quería compartirla con vosotros.
En primer lugar, tras ver día tras día los anuncios de chic@as, de pronto vi esa actriz porno que hemos visto tantas y tantas veces los amantes del tercer sexo: Carla Ferri. Y tras varios días de dudar si debía o no, me aventuré a ver qué tal... y menos mal que lo hice.
He de deciros que ella es imponente. Algo grandota, no muy femenina, no muy joven pero aquí se acaban los peros... Una tía encantadora que me recibió con un beso en los morros y un tanga que hacía presagiar mis más serios temores, como luego os relataré.
Pactamos el tiempo, 1 hora, y pasamos a la acción. Me pidió que me desnudara y me estuvo piropeando en plan morboso, con lo cual me puse más burro que en mi vida, ella es súper cariñosa, educada y hace que te sientas cómodo en todo momento.
En un momento dado me dijo "bueno nene, quieres ver mi sorpresa?" a lo que asentí y me dirigió, ella sentada con las piernas abiertas y yo de rodillas. Cuando quité el tanga: menudo pollón! y eso que estaba en reposo. Era fina por la punta y aún estaba algo morcillona. Es literalmente enorme en sus proporciones. De hecho, tiene como trampa: es como un dildo dilatador, estrechito por la punta y que va progresivamente agrandándose hasta llegar a una base que era como una lata de cocacola que no te cabe en la boca pero tampoco abarcas con una mano: brutal.
Empiezo a trabajarle el palote, los huevos y su delicioso orto, con lo que ella se pone más que cachonda y tras un ratín, me dice "quieres que te la meta Carla Ferri?" y, no sin mucho temor, le digo que sí pero que tenga todo el cuidado del mundo.
Empezó poniéndome lubricante y con 1 dedo, luego con 2, con 3 y hasta con 4... la ocasión lo merecía y comenzó poco a poco: dolor cero y yo pasmado, no me lo podía creer. Con este juego estaría aproximadamente 15 minutos, poco a poco y progresivamente. Alucinaba.
En un momento determinado, yo a 4 y ella de rodillas, me dijo que empujara hacia atrás metiéndomela yo y no podía creer que entonces me dijo: "tienes dentro todo mi pollón, cariño, ahora fóllate tú" y vaya que si lo hice, fue flipante.
A partir de ese punto, cambiamos de posición un sinfín de veces y ella se cambió de condón otro sinfín de veces. Seguro que los condones son los más grandes que venden en las farmacias, por cierto, para albergar semejante sobrasada. En un momento dado me preguntó "qué posición quieres ahora, mi putita?" y le dije que ella echada y yo encima cabalgando, a lo que accedió gustosa y comencé; tenía ya el culo como un abrevadero de patos, qué más da 8 que 80, empecé a moverme de todas las formas posibles, no hay peligro de que se salga ya que, además de anchísima, de unos 22cm por lo menos por lo que pude jugar al caballito a desplazarme alante y atrás, a los dados y tenía la impresión de que me estaba colocando y descolocando los intestinos: fue increíble. De hecho, en varias ocasiones me hizo parar porque en palabras textuales "putita, si sigues así me voy a correr y me quiero correr contigo. Estoy muy cachonda, amor."
Tras llevar un buen rato follando sin parar, taladrándome sin piedad, suave y fuerte, arriba y abajo, adentro y a fuera, me preguntó la esperada pregunta de "dónde quieres que me corra", a lo que le respondí que en la cara. Me empezó a pajear y a la vez se pajeaba ella yo chupando esperando que me avisara y cuando vio que me corría (corridón del 7, ya que me había exprimido la próstata hasta la última gota, por lo que impacté con mi chorro en su espalda ya que ella estaba sentada en mi pecho, con una mano pajeándome y con la otra pageándose ella pero dándome de degustar su larga y tremenda polla), entonces explotó esa polla inmensa que tantas veces había visto en vídeos y vídeos y en fotos y fotos, en un montón de sacudidas lácteas dándome tiempo a separarme para no tragar el preciado manjar, néctar del más tórrido sexo que, por su puesto, me hubiera gustado ingerir, pero que el respeto a lo que tememos todos, me hizo cortarme y al final no lo hice.
Me limpió con toallitas y me secó con una toalla, me acompañó al baño, luego me dio un masaje suave, charlita de rigor y despedida con beso húmedo y esperando que me atreviera otra vez a repetir lo que, sin duda, ha sido la mejor experiencia de mi vida con el mundo trans.
Lo dicho, muy, pero que muy recomendable: no os la perdáis, perded el miedo al calibre, ella controla lo que no está en los escritos.
Buenas a todos!
Hace ya algo de tiempo, pero hoy recordaba la experiencia y quería compartirla con vosotros.
En primer lugar, tras ver día tras día los anuncios de chic@as, de pronto vi esa actriz porno que hemos visto tantas y tantas veces los amantes del tercer sexo: Carla Ferri. Y tras varios días de dudar si debía o no, me aventuré a ver qué tal... y menos mal que lo hice.
He de deciros que ella es imponente. Algo grandota, no muy femenina, no muy joven pero aquí se acaban los peros... Una tía encantadora que me recibió con un beso en los morros y un tanga que hacía presagiar mis más serios temores, como luego os relataré.
Pactamos el tiempo, 1 hora, y pasamos a la acción. Me pidió que me desnudara y me estuvo piropeando en plan morboso, con lo cual me puse más burro que en mi vida, ella es súper cariñosa, educada y hace que te sientas cómodo en todo momento.
En un momento dado me dijo "bueno nene, quieres ver mi sorpresa?" a lo que asentí y me dirigió, ella sentada con las piernas abiertas y yo de rodillas. Cuando quité el tanga: menudo pollón! y eso que estaba en reposo. Era fina por la punta y aún estaba algo morcillona. Es literalmente enorme en sus proporciones. De hecho, tiene como trampa: es como un dildo dilatador, estrechito por la punta y que va progresivamente agrandándose hasta llegar a una base que era como una lata de cocacola que no te cabe en la boca pero tampoco abarcas con una mano: brutal.
Empiezo a trabajarle el palote, los huevos y su delicioso orto, con lo que ella se pone más que cachonda y tras un ratín, me dice "quieres que te la meta Carla Ferri?" y, no sin mucho temor, le digo que sí pero que tenga todo el cuidado del mundo.
Empezó poniéndome lubricante y con 1 dedo, luego con 2, con 3 y hasta con 4... la ocasión lo merecía y comenzó poco a poco: dolor cero y yo pasmado, no me lo podía creer. Con este juego estaría aproximadamente 15 minutos, poco a poco y progresivamente. Alucinaba.
En un momento determinado, yo a 4 y ella de rodillas, me dijo que empujara hacia atrás metiéndomela yo y no podía creer que entonces me dijo: "tienes dentro todo mi pollón, cariño, ahora fóllate tú" y vaya que si lo hice, fue flipante.
A partir de ese punto, cambiamos de posición un sinfín de veces y ella se cambió de condón otro sinfín de veces. Seguro que los condones son los más grandes que venden en las farmacias, por cierto, para albergar semejante sobrasada. En un momento dado me preguntó "qué posición quieres ahora, mi putita?" y le dije que ella echada y yo encima cabalgando, a lo que accedió gustosa y comencé; tenía ya el culo como un abrevadero de patos, qué más da 8 que 80, empecé a moverme de todas las formas posibles, no hay peligro de que se salga ya que, además de anchísima, de unos 22cm por lo menos por lo que pude jugar al caballito a desplazarme alante y atrás, a los dados y tenía la impresión de que me estaba colocando y descolocando los intestinos: fue increíble. De hecho, en varias ocasiones me hizo parar porque en palabras textuales "putita, si sigues así me voy a correr y me quiero correr contigo. Estoy muy cachonda, amor."
Tras llevar un buen rato follando sin parar, taladrándome sin piedad, suave y fuerte, arriba y abajo, adentro y a fuera, me preguntó la esperada pregunta de "dónde quieres que me corra", a lo que le respondí que en la cara. Me empezó a pajear y a la vez se pajeaba ella yo chupando esperando que me avisara y cuando vio que me corría (corridón del 7, ya que me había exprimido la próstata hasta la última gota, por lo que impacté con mi chorro en su espalda ya que ella estaba sentada en mi pecho, con una mano pajeándome y con la otra pageándose ella pero dándome de degustar su larga y tremenda polla), entonces explotó esa polla inmensa que tantas veces había visto en vídeos y vídeos y en fotos y fotos, en un montón de sacudidas lácteas dándome tiempo a separarme para no tragar el preciado manjar, néctar del más tórrido sexo que, por su puesto, me hubiera gustado ingerir, pero que el respeto a lo que tememos todos, me hizo cortarme y al final no lo hice.
Me limpió con toallitas y me secó con una toalla, me acompañó al baño, luego me dio un masaje suave, charlita de rigor y despedida con beso húmedo y esperando que me atreviera otra vez a repetir lo que, sin duda, ha sido la mejor experiencia de mi vida con el mundo trans.
Lo dicho, muy, pero que muy recomendable: no os la perdáis, perded el miedo al calibre, ella controla lo que no está en los escritos.
Added on November 20, 2018 at 12:00 am